La historia comienza un caluroso día de agosto de 1953 cuando sin saber de donde había venido, llegó en un tren de mercancías a la estación ferroviaria de Campiglia.
Elvio, que trabajaba en el despacho de billetes, observó que de uno de los vagones saltó algo,..era un perro. A primera vista le pareció un chucho de lo más ordinario, pelo blanco, manchas de color castaño y una raza indefinida. Olfateo el aire, se estiró perezosamente, miró a ambos lados para orientarse y se dirigió hasta una fuente cercana donde se puso a beber con avidez. Seguidamente se dirigió hacia la oficina de Elvio, comenzó a mover la cola, a ladrar y a restregar su hocico contra sus piernas. Fue el comienzo de su amistad. [continua...]
Vía: El Baúl de Josete
2 comentarios:
Una historia preciosa Carlos. Gracias.
Esta historia va perfecta para la vagoneta.
Gracias por incluirla Carlos.
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